Los efectos de las malas posturas

Toda mala postura, o trastorno estático, no es solamente un desafío estético, sino también una tortura sin respiro para el organismo, y para la espalda en particular. Toda postura anormal y sostenida somete a una tensión excesiva un grupo muscular y articular de un lado del cuerpo, haciendo que el mismo grupo muscular y articular del otro lado se relaje.  A la larga, el primer grupo muscular sufrirá un endurecimiento que ocasionará un acortamiento, mientras que el otro se relajará y atrofiará.

El grupo muscular en tensión someterá a rotación, flexión o inclinación una o varias vértebras, y esta desviación se prolongará hasta que los músculos recuperen su elasticidad normal. Y la mala postura se habrá convertido en deformación y dolor.

Asientos demasiado bajos, camas demasiado blandas, cargas pesadas y desequilibradas, zapatos de tacón, en definitiva, tensiones producidas por posturas mantenidas durante largos periodos de tiempo (las ocasiones en que se adoptan posturas anormales son innumerables).

Sus consecuencias son bien conocidas por parte de los especialistas fisioterapeutas que tratamos estas afecciones: cervicalgias, hipercifosis dorsales, escoliosis, hiperlordosis lumbares, etc. y la recuperación se hace a través de la reeducación postural, consiguiendo muy buenos resultados en la mayoría de los casos.