Déjanos la contabilidad a nosotros y concéntrate en tu negocio

La contabilidad es una tarea que es mejor dejar en manos de los profesionales. Incluso si crees que eres bueno con los números, hay muchas oportunidades de cometer un error. Además, una asesoría contable puede encontrar formas de ahorrar dinero que no son fáciles de detectar.

Hay que tener en cuenta que no todos los contables tienen la misma cualificación. Un contable certificado es un contable que ha aprobado un examen específico y ha completado una serie de cursos a lo largo de tres años. Por lo tanto, si contrata a un contable certificado puede estar seguro de que su trabajo está a la altura de un determinado nivel. Además, son los únicos capaces de realizar tareas específicas, como la preparación de un estado financiero auditado, así que asegúrese de elegir al contable adecuado para sus necesidades.

Los contables profesionales tienen las habilidades, los conocimientos, la experiencia y el saber hacer para presentar declaraciones de impuestos eficientes, mantener sus libros en orden y ayudarle a evitar una temida auditoría. Pueden ayudarle a encontrar formas de maximizar los beneficios o las contribuciones benéficas, y también pueden encontrar exenciones fiscales que le ahorren a usted y a su negocio una pequeña fortuna.

Tiempo y dinero

En un principio, puede parecer poco práctico pagar a otra persona para que se encargue de una tarea que usted se siente capacitado y capaz de realizar por sí mismo. Sin embargo, pagamos a profesionales para que nos ayuden con el marketing, la informática y los asuntos legales aunque podamos hacer las cosas nosotros mismos. No se trata sólo del trabajo que se hace, sino de la calidad del mismo.

Un contable profesional será capaz de tomar la información que le proporcione, incluyendo su presupuesto y gastos, recibos, facturas, nóminas y detalles de las cuentas bancarias, inversiones, acciones y deudas, y consolidarlos en un solo lugar. Podrán y estarán dispuestos a hacer un breve trabajo con el tapiz financiero que compone una empresa.

Incluso si cree que tiene cabeza para los números, puede merecer la pena contratar a un profesional para evitar pasar horas intentando corregir errores más adelante.

La ley estatal

Incluso el aficionado más dedicado puede pasar por alto una estipulación o requisito legal, o puede no saber cómo maximizar el beneficio de las diferentes categorías de gastos o informes. Contratar a un contable que conozca las peculiaridades específicas de su estado a la hora de presentar la declaración de la renta o llevar la contabilidad de su negocio es la forma más eficaz de mantenerse en el lado correcto de la ley.

Mientras que algunas personas consideran que sus impuestos son muy sencillos, otras tienen una configuración más complicada. Si está creando un nuevo negocio, expandiéndose a otro estado, planeando vender activos o tiene cualquier otro cambio en sus circunstancias personales, es el momento de pensar seriamente en contratar a un contable para que se ocupe de sus finanzas.

Planificar el futuro

Un buen contable será capaz de escuchar sus objetivos y conciliarlos con la realidad de su situación financiera. Esto puede incluir cosas como ahorrar para la expansión, proporcionar beneficios adicionales a los empleados y prepararse para la jubilación. También hay situaciones financieras más complejas para los propietarios de empresas sobre las que los profesionales pueden asesorar: la creación de un fondo fiduciario o la decisión de dedicar un porcentaje de sus ingresos a las inversiones.

Un contable le presentará la información de forma que le ayude a entenderla. Puede ser de forma visual o en una hoja de cálculo. Todo depende de cómo trabaje mejor su contable y de cómo prefiera usted procesar la información.

Poder ver la salud financiera de su empresa, así como la suya propia, de forma fácil de entender, y contar con el asesoramiento de un experto que conoce su situación, merece el compromiso monetario inicial.